jueves, 13 de marzo de 2008

Misterium Salutis.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquél que en Él crea, no se pierda, más tenga vida eterna"
Juan 3:16
Semana santa es el tiempo de reflexión para quienes somos cristianos. Recordamos la muerte y resurrección de Cristo como la forma en la cual Dios se entrega a sí mismo para limpiar la iniquidad que, dada nuestra propia naturaleza pecaminosa, nos aleja de la presencia de Dios.
Es así como Cristo decide encarnarse y darse a los hombres como cordero inmolado. Los judíos antiguos y los actuales creen en la expiación de pecados a través del sacrificio, es por eso que dan corderos en sacrificio para la expiación de pecados. Jesucristo viene a ser el cordero que se entrega para pagar nuestros pecados y es justo eso lo que celebramos en la semana mayor así como en navidad.
Las religiones católica apostólica y romana y las protestantes ven estos hechos de manera diferente en cuestiones periféricas, pero igual en cuestiones nucleares. Es así como los católicos hacen énfasis en la muerte y sacrificio de Jesucristo, así como en su resurrección, mientras que los protestantes hacen más énfasis en lo ocurrido a 40 días después de la resurrección de Cristo, cuando montado en una nube pide a sus discípulos el llamado "Gran Ministerio" 'Id y predicad el Evangelio a toda creatura'.
La verdad es que la creencia nuclear es que la salvación nos es dada por gracia a través de Jesucristo y como el propio Juan 3:16 lo señala, solamente hace falta tener fe para alcanzar la vida eterna.
La disciplina de la fe.
Existen diferencias en cuanto a que si nuestras acciones nos hacen merecedores de Salvación. Los católicos tienen la concepción universal de que las acciones serán determinantes a la hora del Juicio, mientras que existe una división entre los protestantes en torno a si nuestras acciones nos dan o no salvación. Los que opinan que nuestras acciones pueden no ser el elemento determinante para la salvación, se inclinan por la doctrina de la gracia absoluta (sologratia). Sin embargo reconocen la llamada disciplina de la fe, según la cual, el amor que tienen los creyentes hacia Jesucristo hace que no se aparten de sus senderos y la misma gracia de Dios, hace que cuando eso sucede, sean llamados a cuenta o quebrantados, para regresar al camino correcto.
¿El cristianismo ha pasado de moda?
Para muchos de los que leen estas palabras, puede ser que les resulten absurdas, arcáicas e inclusive fuera de todo contexto con la realidad. La verdad es que hoy en día estamos tan bombardeados con ideas de que las creencias en un ser supremo son tan estúpidas y tan fuera de lugar, que realmente muchos de nosotros a veces lo llegamos a creer.
La verdad es que existen cosas que con todo y que tenemos un método científico, no tienen una explicación lógica. No podemos decir que somos seres automotrices que funcionamos únicamente por corrientes eléctricas. No podemos explicar el hecho de que los seres humanos tenemos voluntad, tenemos sentimientos, somos sensibles a situaciones que ocurren en nuestro entorno y cómo es que estamos en este lugar, en esta creatura con un origen que se ha tratado de demostrar muchas veces con teorías sin un sustento científico sólido.
Dios y la iglesia.
Los argumentos más fuertes acerca de la caída de las instituciones religiosas y de Dios mismo, son precisamente errores que han ocurrido a lo largo de la historia en lo largo y ancho del mundo. Los mexicanos recordamos con vergüenza la ingerencia eclesiástica en las decisiones del Estado. En el mundo se recuerda la época del oscurantismo, o bien la santa inquisición. Pero ¿será que todos estos hechos realmente vinieron de Dios? Considero que hay que tener mucho cuidado en delimitar en las acciones llevadas a cabo por el hombre en aras de Dios y por Dios mismos. Es así como los hombres somos capaces de hacer cosas tan viles con tal de conseguir el poder y tendemos a justificarnos a nosotros mismos con mil pretextos, incluso Dios. Es así como culpamos a Dios por las guerras, por la pobreza, por la hostilidad y por el hambre.
La verdad es que, de acuerdo a las creencias de quienes somos cristianos, la iglesia es la esposa del cordero o, dicho en palabras más asequibles, somos por quien Jesús se dio por amor.
Mandato cristiano: ama a tu prójimo.
El Nuevo Testamento viene a dar una revolución a las creencias de los judíos. Deja de lado las jerarquías espirituales y nos pone en un contexto diferente a todos: TODOS somos iguales ante los ojos de Dios, TODOS hemos caído en pecado, TODOS recibimos salvación por gracia, y por lo tanto, TODOS debemos amarnos unos a otros como Dios nos ha ejemplificado. Si mi prójimo es musulmán, hindú, budista, agnóstico o ateo, igual el mandato nos llama a amarlo y, por ende, a respetar sus creencias, costumbres, opiniones o preferencias sin emitir ningún juicio en torno.
¿Misterium Salutis?
Nos queda la duda ¿es la salvación un misterio? Considero que no lo es. Porque nos es dada en la mano sin merecerla y nos es revelada a través de Jesucristo, por ende, el plan de salvación en que creemos los cristianos ya no es un misterio, sino una verdad que nos invita a tomar parte de ella de así quererlo nosotros.
La norma máxima nos invita a ser parte del amor de Dios y a amar a los demás en un mundo donde la tendencia es opuesta, teniendo así menos sentido el odio y la burla hacia lo diverso, en vez de el respeto y la inclusión que la Biblia nos enseña y que, considero, ¡HEMOS MALINTERPRETADO! teniendo las lamentables consecuencias por todos conocidas.

2 comentarios:

Miguel Martínez dijo...

El discurso cristiano, es decir, el discurso de Jesucristo ha sido desde siempre subversivo. Los ideales cristianos más puros se oponen a la ideología de nuestro tiempo. Dar la otra mejilla, amar al prójimo como a uno mismo, abstenerse de juzgar y ser humilde son preceptos que están en constante contradicción con nuestros tiempos...y lo estuvieron en épocas de Jesús.
Quizá ese haya sido dese el principio el destino del cristianismo.

Excelente redacción, de envidiar.

Anónimo dijo...

Intressant! Enhorabuena