jueves, 12 de febrero de 2009

Vandalismo, Impunidad y Anarquía Añeja.

"Las “pandillas” no son nada nuevo, recuerdo cuando niño presenciaba las batallas campales entre Gárgolas y Pachecos, eran los más sonados de aquellos tiempos en la colonia –de mi cuadra no salía el canal 12, como ahorita en la Indepe; luego se calmó todo, unos años, la banda se “cantoneó”, o los corrieron cuando construyeron el túnel de la Loma Larga (vino el ejército y todo, no pararán al narco pero ah qué buenos son pa desalojar posesionarios). Ahora los chavos, los hijos de los que quedaron en la cuadra son los que están armando “el desmadre”, con una gran diferencia: en lugar de tirar piedras, tiran balazos. En el mes de agosto se registraron dos balaceras en la colonia Revolución Proletaria, fueron disputas entre “pandillas”, pero no salió nada en los periódicos, ni tampoco en la televisión, no sólo llegaron tarde (los “medios” y la policía) de hecho nunca llegaron."



Aportación Anónima "Nuevo León, Estado de Sitio" en Estamos Deformes http://estamosdeformes.blogspot.com [12/02/09]






La Colonia Sierra Ventana e Independencia.





Con el auge económico que vivía Monterrey hacia mediados del siglo pasado, las oportunidades de trabajo se multiplicaron en la ciudad atrayendo a miles de familias de otros lugares de México (e inclusive algunas del extranjero) a ser parte de este auge económico. Como era de esperarse, la ciudad no estaba lista para esta avalancha demográfica que con los años se vio forzada a buscar alternativas de vivienda de bajo coste. Fue así que tomaron terrenos olvidados en la loma larga y el cerro de la campana de lo que entonces era el sur de la ciudad.



Estos barrios, hoy en día cuentan con casas de concreto y, gracias a programas realizados por los vecinos de algunos de estos sectores junto con el gobierno del estado y el municipio de Monterrey en décadas pasadas, hoy cuentan con servicios básicos (algunas de estas casas, quedando todavía muchísimas viviendas sin ninguna clase de servicio, conectándose clandestinamente al servicio de energía eléctrica y haciendo sus necesidades fisiológicas en fosas, ni hablar de suministro de agua potable). Es así que se fundaron estos barrios de calles indefinidas e, irónicamente, aislados de la ciudad pujante que los rodea.



Pronto, como ocurre ordinariamente en este tipo de asentamientos, comenzaron a surgir las problemáticas sociales típicas de las grandes ciudades: pandillerismo, inseguridad y drogadicción. Lo anterior en virtud de una falta total de espacios de educación para los niños que nacieron casas de esta zona y la total indiferencia de las autoridades al respecto. Muchos de estos niños con el paso de los años se convirtieron en delincuentes menores y poco a poco (ya sea porque nadie se los dijo o porque la misma necesidad así se los requirió) fueron olvidándose de cualquier código de ciudadanía básico, hasta convertir a aquel lugar en escenario frecuente de sangrientas peleas y asesinatos que las autoridades lejos de sofocar (limpiar la cloaca), consintieron durante generaciones (barrieron el registro y se fueron).
Naromenudeo, Robo, Inseguridad y Anarquía.
Así la misma necesidad y la falta de atención por parte de cualquier institución fue llevando a muchos habitantes de esta zona a dedicarse a actividades ilícitas: vender drogas, asaltar y robar siendo ésto solapado por las autoridades y avivado por la condición urbana y geográfica de la zona, que no permite el fácil acceso de las autoridades a los lugares altos de la Sierra Ventana, el Cerro de la Campana y la Loma Larga.
Estos fueron los ingredientes para crear un escenario ideal para que el crimen organizado encontrara nuevos aliados para sus empresas. No solamente se trata de personas sin educación cívica, sino que también tenían necesidades qué satisfacer en el momento, así que la opción más sencilla (y quizá la única, para muchos de ellos) fue aliarse a estas fuerzas que les ofrecieron lo que la ciudad que los rodea no: dinero y trabajo.
¡Queremos justicia! Abajo la ¿¡malicia!?
Hoy en día estos rostros 'chúntaros' bajan de su suburbe a protestar a las calles de Monterrey sin un objetivo definido. Las protestas ciudadanas en Monterrey no son cosa de novedad, las historias más recientes son las protestas de los profesores y del Barzón, A.C. en la década de los 90.
Las diferencias con otras experiencias de manifestaciones masivas son básicamente dos. La primera es que esta vez no existe un motivo definido del porqué de sus acciones. Vemos a adolescentes gritando, cometiendo actos de bandalismo, robando, drogándose y agrediendo a los transeúntes con mantas que exijen paz. No existe un discurso definido, ni objetivos específicos que justifiquen su presencia en las calles.
Por un lado, exigen el retiro de las fuerzas militares que han montado un operativo para finalmente (al menos en teoría) sacudir ese lugar de la anarquía en la que ha vivido por décadas. Evidentemente, esta zona es un foco rojo de crimen e impunidad. Sin embargo, la mayoría de los manifestantes ni siquiera tiene idea de porqué está ahí, como lo demuestran en sus consignas ('malicia' en vez de 'milicia' y actos que van en contra de la paz).
Una segunda arista característica de esta manifestación es la violencia. Lejos de ser una manifestación pacífica se basa en el amedrentamiento y los golpes, sin decir nada de la forma anónima en la que estas personas se conducen. De asistirles cualquier razón ¿porqué tendrían que cubrirse la cara? ¿Será que los militares REALMENTE están causando efectos negativos en sus colonias?
Reflexionemos.
Estos nuevos eventos, lejos de causarnos repudio, miedo o tormeno, debemos tomarlos como oportunidades para abrir los ojos. Nos abre una realidad que existe desde hace décadas, pero que ha sido invisible ante los ojos de quienes somos vecinos y hermanos de estas personas. Sus motivaciones son un motivo de examen de conciencia ¿porqué están en la calle? y de estarlo por las razones que para todos son obvias ¿por qué accedieron a estarlo? ¿será únicamente responsabilidad de la autoridad y de la policía el hecho de que ellos estén allí o será la consecuencia misma de la indiferencia y de la deshumanización que se vive en esta ciudad?

llustraciones.

Fotografía de Kolsikiv, tomada de Google Earth. (izquierda)

Fotografía de Raul Palacios/ Milenio Diario de Monterrey (derecha).

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