jueves, 20 de noviembre de 2008

La Discontinuidad de las Políticas Públicas en Monterrey

Podríamos definir a las políticas públicas como los lineamientos que son diseñados por una determinada administración a fin de lograr un determinado fin. Las políticas públicas se ejercen a través de la creación de programas administrativos (p. ej. Escuela Segura, Paisano u Oportunidades), legislación (Ley Federal de Protección al Consumidor, Reglamento de Alcoholes, etc.) o bien la creación de un nuevo organismo público consagrado a un fin determinado (la Agencia de Planeación del Estado de Nuevo León, PRODERLEON, FIDECITRUS). Lo anterior independientemente de los Planes de Desarrollo (Nacional, Estatal y Municipal) que sirven como directrices para la creación y aplicación de políticas públicas.
Las políticas públicas se pueden clasificar de muchísimas formas: según su ámbito de aplicación, según el nivel de gobierno o según su temporalidad. Es así que hay políticas públicas que se ejercen sobre determinadas personas (PROCAMPO, solamente se ejerce sobre productores agropecuarios) o bien durante un determinado tiempo (el multicitado programa Paisano, solamente se ejerce durante los meses de mayor afluencia de mexicanos residentes en Estados Unidos que regresan a México a pasar las vacaciones navideñas). Es así que hay políticas públicas que requieren cierta permanencia y hay otras que debieran ser permanentes. En este caso, analizamos únicamente dos políticas públicas que aplican en el área metropolitana de Monterrey: la ordenación territorial del estado y el operativo antialcohol.
Arco Vial Metropolitano (Túnel bajo el Cerro de la Silla) ¿Un mal necesario?




Se habla en los medios del 'primer complejo vial ecológico en Nuevo León' aduciendo el hecho de que se trata de un viaducto sobre una zona ecológica reservada y que solamente se afecta el área donde se colocarían los pilares de concreto del viaducto.

Consideramos que, independientemente de lo que se diga, el viaducto efectivamente va a causar un fuerte impacto en la zona por donde se planea realizar, en primer término porque para la construcción de cada una de las columnas se requiere la construcción de anchas zapatas para lo cual, a su vez, se requiere la deforestación de casi la totalidad de la zona por donde estaría el viaducto. Lo anterior, independientemente del daño severo que se provoca a la mobilidad eco-sistémica que se provocaría en la zona tanto del lado de Monterrey como en territorio del municipio de Juárez, Nuevo León.

Ahora bien ¿qué tan necesario es este arco vial metropolitano? Muchos urbanistas han opinado al respecto con opiniones que van desde el total rechazo hacia esta obra, como aquellos que la avalan por reducir el tiempo de transado en forma significativa. En mi opinión, el arco vial es efectivamente necesario, sin embargo, es producto de la falta de planeación urbana que impera en la ciudad que, lejos de establecer bandas establecidas de desarrollo, parece desbordarse de forma efervescente.

Con el viento llega el polvo. En unos años esta zona que había sido reservada como reserva ecológica precisamente como parte de políticas públicas estratégicas, va a ser consumida por la mancha urbana implacable a través de viviendas, anuncios panorámicos, multifamiliares, etc.




Operativo Antialcohol: Una Política Pública Intermitente.




Creada e impulsada por asociaciones civiles como Nace, A.C. y Vertebra, A.C. ante la inminente problemática de accidentes fatales donde se veían involucrados conductores con altos grados de alcohol en la sangre. Fue así que se creó una ley de alcoholes quizá demasiado severa y poco pensada para evitar los escenarios funestos que se vivían casi todos las noches de viernes y sábado. Posteriormente se crearon reglamentos estatales y municipales así como programas de aplicación permanente con el objetivo de evitar que personas ebrias tomen el volante poniendo en riesgo sus vidas y las de el resto de los transeúntes.

El programa de retenes antialcohol empezó siendo un éxito, los conductores preferían utilizar otros medios de transporte o utilizar un conductor designado antes de conducir tras haber consumido alcohol. Sin embargo, poco a poco este programa se fue convirtiendo en un nido de corrupción, al exigir a los conductores cuantiosas cantidades de dinero a cambio de no aplicar con rigor el reglamento o bien extorsiones por parte de los agentes de tránsito quienes haciendo abuso de sus atribuciones castigaban a aquellos conductores que tenían grados de alcohol aceptables.

Al poco tiempo, se invirtió en alcoholímetros de aliento, se hizo una fuerte campaña a través de televisión y la prensa sobre el grado de alcohol aceptable en los conductores y a la vuelta de los meses, todo eso desapareció.

No es la primera vez que esto ocurre, ya en pasadas administraciones se había implementado el retén antialcohol y había desaparecido de la noche a la mañana. Ahora bien ¿es necesaria esta política pública? En mi opinión, mientras no tengamos la capacidad de aceptar nuestros límites a la hora de beber creo que esta política pública nos viene como anillo al dedo.

Los costos de las políticas públicas discontinuas.
Independientemente de que no se pueden cuantificar los daños que se provocan a la hora de dejar de tutelar situaciones: en estos casos el ordenamiento territorial, la ecología, la seguridad e integridad. La creación de dichas políticas cuestan muchos recursos al erario público: estudios para su creación, pruebas de implementación, salarios, etc.

Consideramos que debería de existir una política previsora para evitar la discontinuidad de políticas públicas que son diseñadas para flanquear circunstancias vitales.

La próxima semana: El Bache Legislativo: La Nueva Ley de Pavimentos.

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