lunes, 2 de junio de 2008

La Ley de la Familia en Nuevo León: ¿acierto o diarrea legislativa?

Mucho se ha escrito sobre el papel social de la familia en el desarrollo de la persona y de la comunidad; las distintas concepciones de esta institución coinciden en entenderla como el entorno en el que se satisfacen las necesidades básicas del individuo, donde se da la primer experiencia de socialización y de educación de los hijos, el cuidado de los menores, enfermos y de sus miembros que se encuentran en una situación de dependencia; no obstante, como consecuencia de los cambios sociales de las últimas décadas, la familia ha visto afectado su papel en las distintas funciones que tradicionalmente ha venido desempeñando, pretendiendo sustituírsele con otras formas de organización.


Exposición de Motivos de la Iniciativa de la Ley de la Familia presentada por los panistas ante el H. Congreso del Estado de Nuevo León el día 15 de noviembre de 2007.




¿Un acierto?

Se trata de un documento de 62 artículos que habla acerca de las consideraciones que se debe tener con la familia desde la perspectiva de las políticas públicas. Estas consideraciones van desde la creación de un Instituto Estatal de Política Familiar con carácter de paraestatal (patrimonio y personalidad jurídica propia) hasta el hecho de que se deben educar a los hijos, de acuerdo al artículo 23, a educar a los hijos según convicciones religiosas y morales. Suena bastante bien el hecho de que se le reconozca a la familia como eje fundamental del desarrollo de la sociedad y se le toma en cuenta como sujeta de derechos como la educación, una vivienda digna, bienestar, salud, libertad religiosa, etc. Pero todo derecho es correlativo de una obligación, por ende, los padres deben velar por el buen desempeño académico de sus hijos (con ayuda de los maestros, evidentemente), además de existir una obligación por parte de los medios de comunicación (o a lo que se refiera con eso) para que fomenten los valores.



Asi mismo, de acuerdo a esta iniciativa, la remuneración por el trabajo debe ser suficiente para fundar y mantener dignamente a la familia, sea mediante un salario adecuado u otras medidas sociales como los subsidios familiares. Y sus artículos 2 y 3 nos definen de forma muy clara que una familia es aquella integrada por personas con un grado de parentesco donde existen padres e hijos.



¿Diarrea legislativa?

Comenzamos preguntándonos ¿cuál será la delgada línea que divide el terreno moral, social y jurídico de las normas? Esta delgada línea es aquella que permite que estén reguladas legalmente aquellas cosas que deben estar reguladas y no lo estén aquellas que de estarlo, causarían catastróficas consecuencias (recordemos la Santa Inquisición, por ejemplo). Es así como están reguladas aquellas cosas en las cuales existe alteridad e interés jurídico del estado: contratos, delitos, relaciones civiles, etc. y no están reguladas aquellos hechos u actos que no tiene sentido reglamentar: saludar a tu vecino, enojarte con tu hermana, etc.



La ley de la familia, considero que transgrede esta delgada línea de forma sutil. En primer lugar al establecer hipótesis que en el terreno de lo social son obvias: por supuesto que los padres van a educar a sus hijos como mejor les plazca y van a protegerse al tener relaciones sexuales o no, según ellos consideren que sea necesario. Entonces ¿porqué ponerlo en una ley? ¿y porqué poner en una ley el derecho a una vivienda digna y un salario remunerador y todas esas cosas? ¿será que puedo ir a un juzgado a exigir un aumento de sueldo o una casa digna? ¿o el gobierno no ha tomado ya medidas necesarias para este tipo de cosas y la Constitución no es bastante clara al respecto?



¿Porqué una familia está compuesta por personas con parentesco? ¿No existen familias sin que exista parentesco entre sus integrantes? ¿No es este un paso atrás a la tendencia legislativa?



Considero que la creación del Instiuto Estatal de Política Familiar es redundante e innecesario. Existen actualmente muchísimos institutos de participación ciudadana creados por la actual administración (que por cierto, vetó la iniciativa aprobada de forma caprichosa por los legisladores de Acción Nacional). Ejemplos de estos son: el Instituto de la Juventud, la Corporación para el Desarrollo de la Zona Fronteriza de Nuevo León, la Agencia para la Racionalización y Modernización del Sistema de Transporte Público de Nuevo León, entre muchos otros. El Instituto de la Juventud es la rama gubernamental de Fundación Colosio (miembros jóvenes del PRI), sin actividades definidas y, evidentemente, sin resultados trascendentes. Vemos como la frontera de Nuevo León es cada vez más pobre y menos competitiva frente a la frontera de Nuevo Laredo, y mejor ni decimos la modernización que ha sufrido el transporte público (en Monterrey y la zona metropolitana, por supuesto, porque 4% restante del padrón electoral, digo. . . del Estado no es importante para estas agencias) que ha sido paupérrimo y solo se puede aplaudir la ampliación de la Línea 2 del Metro que aún estamos esperando a un año de atraso. ¿Para qué engordar más el aparato burocrático de Nuevo León?



Las familias van a seguir siendo familias, los padres van a seguir educando a sus hijos de acuerdo a sus convicciones y van a seguir existiendo excepciones como hijos fuera del matrimonio, parejas homosexuales y familias de hecho en el Estado. No importa que la Ley de la Familia no les otorgue las prerrogativas que sí tienen las familias color de rosa.
Crea tu propio criterio, lee la Iniciativa de la Ley de la Familia

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